Las relaciones entre hombres y mujeres deberían ser más fáciles de lo que son. O igual lo son, pero nos estamos empeñando en complicarlas. Los hombres no solo piensan en sexo, igual que las mujeres no solo piensan en ir de compras. Verdad es que la disposición de los hombres a mantener relaciones sexuales es, por lo general, muchísimo mayor que la de las mujeres. Pocas veces, salvo enfermedad manifiesta, un hombre le dirá que no a su amada, si a esta le apetece o si se le insinúa. Pero también es verdad que en muchas ocasiones los hombres solo necesitamos un abrazo, un beso, una caricia, una sonrisa, una palabra bonita o unas risas. De igual manera que vosotras necesitáis un abrazo, un beso, una caricia, una sonrisa, una palabra bonita o unas risas. Y no reducirlo todo a cinco minutos de “revolcón”.
Las mujeres sois hijas de la Luna y como tales tenéis un ciclo mensual y menstrual que altera por completo vuestro ser. En dicho ciclo os apetecen cosas dispares y os sentís de mil maneras distintas. Es una realidad y es tarea vuestra el explicarnos que sentís y como estáis en cada día de este ciclo y es tarea nuestra entenderos y comprender de qué manera os afecta la “ruleta menstrual” en vuestra cotidianidad.
Si la Naturaleza ha creado este DON DEL PLACER, será por algo. Así que hombres y mujeres tenemos que entendernos para satisfacer las necesidades de cada uno, en la medida que proporcionen placer a ambas partes. Los hombres tenemos que darnos cuenta que cuando a una mujer no le apetece hacer el amor no es porque no nos quiera es simplemente porque no les apetece.
Es muy triste dormirse por la noche mirando cada uno para un lado, o deseando que tu pareja esté de viaje, o que quede con los amigos/as para que no me “dé la lata”. Vivir en pareja es para sumar y no para restar. E incluso para multiplicar.
Miremos a nuestras parejas a los ojos y con el corazón en la mano intentemos entre ambos vivir en armonía para que las chispas de la felicidad puedan habitar en nuestros caminares.
AUTOR: Vicente Fernández Sainz de la Maza.
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